Cuando una fotografía es capaz de captar instantes mágicos, se eleva a la categoría de arte. Es lo que Andy Prokh nos relata con sus imágenes al retratar a su hija con su enorme gato.
La relación entre el niño y su mascota, evoca un mundo de fantasía, amistad y compañerismo.
Mirar la luna, cantar por soleares, hacer retratos ó estudiar matemáticas, todo es posible en el mundo de Andy.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB3qwqVZt4C3hw8tLowlTMKd7yKFKCMKMa_KwP4ancPZL1r5ssQjvIjMRhYqQbkGCqqZEFU8eBTdyTyZqoTsmk9XYhjQvAVxGN-iPa3CSvQztmfcxbaGmyOPIVkxuJj6snzqASp_i51jgN/s280/andyprokh12.jpg)
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