Es bien sabido, que la iluminación, es uno de los recursos más potentes del interiorismo comercial. La luz crea ambientes y emociones, y es capaz de mostrar lo mejor y peor de cada producto.
Arriba los focos dirigidos hacia los estantes de los productos los resalta del blanco neutro del resto de la tienda. |
La iluminación atrae sutilmente las miradas, nos invita a probar, a consumir un producto. Por supuesto que no es lo mismo iluminar una joya que un pescado, las tonalidades de color de cada lámpara influirá finalmente en la percepción de los colores del producto. Así la luz cálida, con tonalidades hacia el amarillo, resaltará los tonos marrones y beige de un pastel, pero en una carnicería podría dar la sensación de carne un poco pasada de fecha.
Las luces brillantes, destacarán los vistosos envoltorios de los cosméticos, o la imponente carrocería de un coche.
Otra de las grandes bazas, es la iluminación de los escaparates en tiendas. Aquí no solo se trata de exhibir productos, también se puede jugar a crear escenas teatrales, de gran impacto visual, que consigan atraer a la clientela al interior de la tienda.
Unos bolsos a gran escala sobre un fondo blanco y brillante, que parecen flotar en el aire, trasmitiendo un fuerte mensaje. |
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