La habitación de Connie Johansen, combina elementos muy sencillos:
Recoge madera en el campo, unos troncos secos o unas ramas, y desramarla con la ayuda de un hacha pequeña. Une el conjunto, con unos simples clavos sin cabeza (ó añadir también unas cuerdas). Puedes imitar la forma de este cabecero o elegir otra, pero para que el conjunto sea más estable, pon los palos en vertical y ata con dos palos en posición horizontal, uno arriba y otro abajo.
Luego simplemente con unas escarpias fijadas a la pared y dos hembrillas en los palos extremos (ojo de ponerlas a nivel) queda un cabecero sujeto a la pared y perfectamente estable.
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Como mesita se elige un tarugo de madera ya envejecido al que se le han atornillado 3 ruedas compradas en cualquier ferretería.
Las estanterías se hacen con dos simples cestillas de alambre que se han colgado de la pared.
Unas iniciales en dos colores gigantes apoyados en una maleta vieja rematan este encantador dormitorio que arrebata los sentidos.
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| Connie Johansen |
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